El parque de motos en España ha crecido desde 2005 en un 34% y se espera que el número de motocicletas matriculadas en 2021 alcance las 200.300 unidades, lo que lo convertiría en el segundo mejor año por detrás de 2019. Aunque la siniestralidad por cada mil motoristas se ha reducido a la mitad, el mayor uso de la moto durante la pandemia y la transformación de la movilidad demandan un mayor acercamiento a su seguridad vial.

Para analizar cómo la ITV es elemento indispensable para la seguridad vial, la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (Aeca-ITV) y la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor) han celebrado una rueda de prensa conjunta en la que han resaltado la importancia de las inspecciones técnicas obligatorias para la seguridad de las motocicletas y ciclomotores, sus ocupantes y resto de usuarios de las vías.

De la mano de Alejandro Pastor y Guillermo Magaz, presidente y director gerente de Aeca-ITV, respectivamente; y de José María Riaño, secretario general de Anesdor, en el encuentro se han analizado los defectos actuales detectados en la ITV, así como la relación que existe entre el estado de la ITV y la gravedad del siniestro al que pueden estar expuestos sus ocupantes.

En el caso de las motocicletas, los sistemas en los que más defectos se detectan en la ITV y que requieren su comprobación nuevamente antes de su puesta en circulación son: el alumbrado y la señalización (35,7%), el acondicionamiento exterior, carrocería y chasis (18,5%), y las emisiones contaminantes (12,3%). En ciclomotores, el mayor porcentaje de defectos graves y muy graves detectados en ITV se da en alumbrado y señalización (27,2%), seguido de acondicionamiento exterior, carrocería y chasis (17,4%), y frenos (10,5%).

Respecto al número de motocicletas que son rechazadas en la primera inspección, el porcentaje asciende a un 22%, si bien en la segunda inspección este dato se reduce hasta un 1,3%; es decir, el 97% de las motocicletas superan la ITV.

Por otro lado, las cifras muestran que en el último año al menos el 9% de los motoristas fallecidos viajaba en una moto sin la ITV al día, mientras que de otro 7% se desconoce el estado de su inspección técnica. Por su parte, el 10% de los ciclomotores y motocicletas implicados en accidentes graves en el periodo 2017-2019 tenía la ITV caducada en el momento del siniestro; en concreto, el 8% de las motocicletas de más de 125cc, el 11% de las motocicletas de hasta 125 cc y el 16% de los ciclomotores.

También preocupa a Aeca-ITV y Anesdor que estos vehículos sean los que mayor porcentaje de absentismo tengan en la ITV. Datos previos a la pandemia daban cuenta de que el 42,5% de las motos circulaba con la inspección técnica caducada, cifra que ha aumentado en la actualidad con una estimación, pendiente de datos oficiales, de un 54%. Y si se trata de ciclomotores, la cifra alcanza el 58,4%. 

Por otro lado, el mantenimiento de un vehículo es determinante para garantizar su seguridad, más aún en motocicletas donde el riesgo de sufrir un accidente es mayor que en otro tipo de transportes a motor, al no disponer de habitáculo. Garantizar el correcto funcionamiento de todos sus componentes es un factor esencial para mejorar la seguridad de las motocicletas; de ahí, la importancia de la ITV obligatoria y, en el caso de nuestro país, con un parque de motocicletas muy antiguo. Cifras oficiales hablan de que el 49% de las motos que circulan por nuestras carreteras tiene una antigüedad de 16,4 años y, de acuerdo con el Informe sobre la siniestralidad de motocicletas en 2019 presentado por la DGT, el 53% de los accidentes de motocicletas con fallecidos se registró en motos con más de diez años.