El precio medio de los coches diésel nuevos se ha encarecido un 82,4% en los últimos diez años en España, pasando de los 17.805 euros que costaban en 2014 hasta los 32.481 euros de 2023, según AutoScout24, el portal especialista en vehículo de segunda mano de Sumauto, a partir de datos de la Agencia Tributaria.

Un diésel se encuentra hoy en precios de un eléctrico, donde tradicionalmente se aduce el precio como una de las barreras para su adquisición, junto con la autonomía y la falta de infraestructura de recarga. AutoScout24 destaca, además, que el encarecimiento de los diésel ha sido mucho mayor que el incremento porcentual de dos de los indicadores clave que miden la accesibilidad a bienes como puede ser un vehículo: por un lado, el salario medio, que en los últimos diez años ha subido un 13,3%; y, por otro, el IPC, que acumula una subida del 21,1% en ese periodo, según el INE.

Todo ello se explica en buena parte porque el diésel es ya prácticamente inexistente en la oferta de coches nuevos de pequeño tamaño, estando disponible sólo en segmentos muy concretos, como los compactos, las berlinas y los SUV de tamaño medio y grandes, lo que explica, según el portal, el crecimiento exponencial de su precio promedio.

De acuerdo al informe de matriculaciones de la DGT, 2023 fue el año en el que el protagonismo del diésel fue menor en el mercado español con una cuota del 12,5% en las matriculados, frente al 40,8% de los gasolina y el 46,7% de los movidos por nuevas tecnologías (híbridos, híbridos enchufables, bifuel de gas/gasolina y eléctricos puros). Así, en el mercado español de vehículos nuevos se comercializaron algo más de 118.000 coches de gasóleo en 2023, en contraste con los años en los que predominaban los coches diésel, con 2007 como punto álgido, con más de 1,1 millones de vehículos matriculados con esa motorización.

El comienzo por el desinterés de este tipo de combustible se fraguó a raíz del 'Dieselgate' en otoño de 2015, a lo que ha seguido la entrada en vigor en el ámbito europeo de leyes anticontaminantes cada vez más restrictivas, lo que ha provocado que muchos fabricantes disminuyeran su producción de vehículos diésel de forma gradual. A esto se une el cambio del protocolo en la homologación de vehículos nuevos bajo el nuevo procedimiento WLTP a partir de otoño de 2018. Este nuevo sistema de validación de las emisiones de CO2 supuso que muchos de los coches que estaban en el límite de un tramo impositivo lo sobrepasaran con las nuevas pruebas de homologación, con el consiguiente encarecimiento en el precio al estar sujetos a un gravamen mayor.

Según explican desde AutoScout24, la “puntilla” al diésel se produjo en 2021 cuando el Gobierno español aprobó el primer borrador de la Ley de Cambio Climático, donde ya se empezaron a diseñar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades de más de 50.000 habitantes, lo que generó, a su vez, mucha incertidumbre entre los usuarios porque no sabían qué vehículo debían elegir para moverse sin restricciones.

¿Qué futuro que le espera al diésel? Para Ignacio García Roji, portavoz de AutoScout24, “a medida que las restricciones aumentan y la prohibición de circulación de vehículos de combustión en 2050 se acerca, los combustibles sintéticos producidos con energía renovable serán la tabla de salvación para mantener vehículos diésel en funcionamiento. No olvidemos que el diésel sigue siendo a día de hoy la mejor opción para aquellos conductores que requieren bajo consumo y máxima autonomía por el elevado kilometraje que realizan. Sin embargo, la evolución tecnológica y la adopción de fuentes de energía más limpias son cruciales para mitigar el impacto ambiental y garantizar un futuro sostenible no sólo del diésel, sino también de las motorizaciones híbridas”.